Con el comienzo del curso escolar, el Aula Hospitalaria del Hospital Universitario Mancha Centro de Alcázar de San Juan volvió a abrir sus puertas para brindar atención educativa a los niños y niñas convalecientes, garantizando que la educación de estos menores no se vea interrumpida durante su estancia en el centro o mientras se recuperan de sus dolencias en casa. Y lo hacen creando un ambiente distendido y lúdico, con metodologías dinámicas y creativas, para que puedan sobrellevar esta situación de la mejor manera posible.
La asistencia es voluntaria, así que lo primero que tienen que hacer los docentes es convencer tanto a los niños como a sus padres. «Les explicamos que no es una sala de juegos, sino un pequeño colegio, y que somos profesores de la Consejería de Educación, como los que tienen en sus centros», subraya Montserrat Corts, coordinadora del Aula Hospitalaria alcazareña desde el año 2007.
El equipo está formado por dos profesores de Primaria y otros dos de Secundaria, y en el hospital, donde las estancias son más cortas, entre uno y tres días de media, trabajan materias curriculares vinculadas a un eje temático, como puede ser Halloween o la Navidad: «Aquí tienen que estar contentos y disfrutando, aunque lo cierto es que debería ser así siempre, ya que sabemos por la neurociencia que si no hay emoción, no se aprende».
Coordinación entre el Aula Hospitalaria y los centros educativos
El mayor peso del Aula Hospitalaria se encuentra en los domicilios, con alumnos convalecientes que no pueden asistir a sus centros educativos durante un periodo superior a 20 días lectivos. «Algunos están todo el curso con nosotros y a uno, en concreto, lo tuvimos toda la etapa de Secundaria», explica la coordinadora, que hace hincapié en que las clases se adaptan a su estado de salud, pero ven todas las materias y hacen los mismos exámenes que sus compañeros hasta que reciben el alta y pueden reincorporarse a sus colegios o institutos.
La coordinación del Aula Hospitalaria con los centros educativos es «estrecha y fundamental», ya que son ellos los que preparan los planes de trabajo y los que evalúan los conocimientos de los estudiantes convalecientes. Para que sigan manteniendo un contacto directo con sus compañeros, realizan videoconferencias, a través de las cuales pueden también seguir las clases de asignaturas como inglés y física y química.
Normalizar y humanizar la estancia en el hospital
La coordinación con los sanitarios del Hospital Mancha Centro también es básica, «más que por la parte académica, por la carga emocional». Miguela García-Cervigón, supervisora del área Pediátrica, se mete cada mañana en el programa de hospitalización, selecciona a los posibles candidatos y le manda a la coordinadora un listado con sus nombres y edades, «para que se pueda organizar con antelación y adaptar su labor docente». «En el hospital vamos más día a día, es como una escuela rural, en la que no sabes con cuántos alumnos te vas a encontrar», confirma Corts.
«El objetivo es normalizar y humanizar la estancia de los niños en el hospital, hacerla lo más llevadera posible por corta que sea. Aunque su tiempo de hospitalización suele ser breve, no deja de ser una situación estresante y ese ratito en clase es como un balón de oxígeno», apostilla García-Cervigón. En una línea similar se expresa la jefa del Servicio de Pediatría, Ana Muñoz, que ve en este servicio «un gran avance». «Es una buena opción para que los niños puedan seguir con su actividad escolar y no pierdan su hábito de estudio, aunque sea a otro ritmo diferente al de sus colegios», sentencia.
Fuente: La Tribuna de Ciudad Real